La humildad no es pensar menos en uno mismo…sino pensar en uno mismo menos

Pincha en la imagen para conocer la historia del niño Gilbert Burundi

( CL ) Muy buenos días a todos desde MundoMotiva, hoy contamos con la presencia del Dr. Casado, especialista en cirugía plástica. 

El Dr. Casado dedica parte de su tiempo libre en verano a realizar intervenciones y operaciones quirúrgicas en países del tercer mundo. Hace unas semanas vimos un reportaje en televisión donde se explicaba la problemática de Gilbert, un niño de Burundi, que nos impactó profundamente, así que vamos a debatir sobre el tema. Muchas gracias por estar con nosotros, querríamos primero invitarle, Dr. Casado, a que se introduzca usted mismo brevemente, para que la audiencia le conozca un poquito. Me parece que viene de una familia de médicos.

( Dr.C ) Médicos sí, mi presentación es muy elemental. Soy el segundo de una familia numerosa, en la que mi padre es también cirujano plástico, que es el que introdujo la curiosidad de esta especialidad. Soy médico especialista en cirugía plástica desde hace ya doce años. Trabajo aquí en la ciudad de Madrid tanto en el entorno público como en el privado en la especialidad de la cirugía plástica que por su denominación tiene dos ramas, la estética y la reparadora. La estética es aquella que persigue la restauración de la forma, y la reparadora es además la que se centra en la función. La cirugía plástica lo que pretende es reconstituir los tejidos, externos fundamentalmente, pero también elementos internos, llámalo esófago, vagina. Reconstruimos los órganos tras un accidente de tráfico,tras una quemadura, tras un cáncer, tenemos que quitar el tumor y restaurar los tejidos, tras una amputación, Esto la reparadora. La estética es la que va a reconstituir esa forma que se ha perdido, también por accidentes o envejecimiento, paso del tiempo. La cirugía plástica es bastante amplia, es una especialidad muy bonita y muy desconocida, porque siempre que nos hablan de cirugía plástica, la gente piensa en los efectos cosméticos.

(JMF) En general la sociedad asocia la cirugía estética a los famosos, aunque cada vez llega a más personas mejorando su aspecto físico y su estado mental, en su opinión ¿hasta qué punto se sobrepasan límites éticos al someterse a cirugía estética? aunque ya nos ha quedado bastante claro.

(Dr. C) Es verdad que es una cuestión muy importante a tener en cuenta, y los verdaderos especialistas, y digo verdaderos especialistas, porque en España hay poco más de mil, mil doscientos, profesionales dedicados a la cirugía estética hay casi diez mil. Los que somos cirujanos plásticos de verdad, sí que estamos muy concienciados con los límites de nuestra especialidad y hay unas barreras éticas que hay que tener muy claras, hay pacientes por ejemplo que tienen trastornos de dismorfofobia, que nunca se van a ver bien por mucha intervención que se les haga. Eso hay que saberlo identificar claramente. Hay un trasfondo económico de base muy importante, la cirugía estética, antes parecía un artículo de lujo. Hoy día es como todo, se ha ido socializando, todo el mundo tiene acceso a la cirugía estética, bueno todo el mundo no, sigue siendo un producto caro, pero ya no es tan caro como era antiguamente, en los años setenta, en los ochenta empezó a liberalizarse, ahora todo el mundo tiene un acceso más simple a la cirugía estética. Límites éticos en cirugía estética, por supuesto que los tiene, cuando hablamos de menores, de pacientes psiquiátricos, cuando hablamos de expectativas reales, pacientes que te aparecen con fotografías de otras personas que quieren ser así y que aparecen con unas exigencias, con unas expectativas que no son realistas, se lo tienes que hacer ver al paciente. Es muy sencillo operar, si muchas veces la intervención quirúrgica no es lo complicado. Lo complicado está en lo previo, en haber identificado un paciente que esté bien para operar. Un paciente que se opere en las mejores condiciones para obtener los mejores resultados.

(CL) En todo ese proceso de equipo médico y pacientes ¿quién ofrece más valores éticos a la otra parte, el médico o los pacientes, o ambos a la vez?

(Dr. C ) Pues sí, yo diría que efectivamente es una relación bidireccional. Es una relación en la que ambas partes salen beneficiadas si se tratan de una forma adecuada, cordial. Obviamente el que demanda atención médica es el paciente. El beneficiario inicial es el paciente pero todos los médicos nos beneficiamos mucho del trato con los pacientes. Tenemos esa suerte de trabajar con personas, antes hablaba de la vocación. Lo de la vocación es controvertido, yo sí que pienso que detrás de tanta frustración que hay en el mundo sanitario existe un problema vocacional y que creo que van por ahí los tiros. Es verdad que la gente dice, bueno sí, pero en países donde se gana más dinero no hay tanto problema de vocación, bueno eso quiere decir que estás supliendo un déficit vocacional con mayores ingresos. Pero con diecisiete o dieciocho años, cuando tienes que elegir realmente a lo que te vas a dedicar en la vida todavía las cosas, no las tienes claras. Mucha gente, muchísima gente, nos metemos a estudiar medicina sin saber lo que es la medicina, sin saber lo que es la enfermería. Nos estamos dedicando a algo en nuestra vida que lo elegimos cuando teníamos diecisiete, dieciocho años. ¿Con esa edad tenías vocación? ¡Qué raro es eso! ¡Qué difícil! Si apenas conocías el mundo. Sin embargo, es verdad que las menores tasas de frustración aparecen en gente que está más tranquila, más relajada sin tantas expectativas económicas. Ahí sí que yo no elegí no tanto de vocación pero sí de inclinación a algo real, que te va a facilitar la vida; y en esa inclinación es donde entra ya el contacto con las personas. Tú como profesional, te enriqueces también de tratar con gente que te van a dar la posibilidad de recibir algo espectacular. Puede parecer muy pretencioso pero siento que es así.

(CL) Y en el caso concreto de Gilbert, hubo que traerlo a España para operarlo. Entonces ¿para quién supuso mayor impacto? Para Gilbert que dejaba su país y entraba en una sociedad moderna y desarrollada o para todo vuestro equipo médico, que según tenemos entendido este niño demostró un coraje sorprendente, porque según vimos en el reportaje traía un bagaje de sufrimiento y de dolor dignos de admiración.

(Dr. C) La sociedad de Burundi es una sociedad particular que llama la atención, incluso en el reportaje pueden verse algunos detalles de cómo tienen características que aquí en el mundo occidental nos parecerían frías, de como relativizan todo y de como intentan hacer todo tan estructurado, tan matemático, porque te das cuenta del valor que le dan a todas las cosas incluso a la vida. La tasa de mortalidad infantil que hay allí es tal que el que un niño muera no es noticia, es una cosa absolutamente convencional. Y eso influye también en la decisión de dejar ir a tu hijo con unos absolutos desconocidos a otro país.

Cuando me presentaron el caso de Gilbert, yo ví un caso de un niño que sí que podría ser tratado pero no en Burundi, porque nosotros sí que hemos viajado a países del tercer mundo y países en desarrollo y tenemos experiencia en ese sentido. Entonces, técnicamente, sí que se puede hacer allí por cuestiones de cirugía reconstructiva. Las cirugías son muy largas pero no necesitamos unos instrumentos rarísimos. Son convencionales pero muy largas. Allí se opera esto. El problema que hay allí es que por ejemplo, asegurar una anestesia general como la que necesita el niño es imposible, porque es un niño que no le podrían intubar porque tenía un grado de flexión tal que necesitamos unos materiales muy específicos, de los que allí no se dispone. Eso ya te obliga a traer al niño a España, luego ves que es una cirugía que requiere un postoperatorio largo y complicado, puede haber necesidades de transfusión de sangre. Pueden pasar veinte mil cosas y en las cirugías de gran calado y larga duración, pues más. ¿Podría haberse operado allí el niño? Sí, porque hacemos cirugías muy similares, por cuestiones estructurales del caso, por lo que requiere no. Es mucho más seguro traer al niño a España. El choque es para el niño, es al que sacas de su pueblo, de su gente, de su familia, de sus amigos, y lo traes aquí. Es un niño que nunca se había subido en un coche y a partir de eso, le estás montando en un avión, Burundi es un país sin costa, el niño ha visto aquí el mar. Todos esos cambios son muy fuertes, son espectaculares para el niño, pero bueno el niño es un encanto de niño, cariñoso a rabiar, muy creyente, ha sido muy fácil, gestionar todo con Gilbert. Porque vienen con esa humildad, es el carácter que les hace ser abiertos a todos y confiados. Desde luego el choque es para el paciente.

(CL) Pues nada, dígale a Gilbert que gracias a él le hemos conocido a usted.

(Dr.C) Jaja! se lo diré. ¡Qué cariñoso es! ¡Es más majo!

(JMF) Antes hemos hablado del tema de cómo gestionar esa diferencia entre las expectativas del paciente y los resultados, entonces casi mejor preguntar que los valores éticos personales que cada uno de nosotros tenemos, ¿cómo te ayudan a ejercer la profesión de una forma, pues ética?

(Dr.C) Pues sí, hay excelentes profesionales técnicos que son brillantes, y les ves que son una maravilla, bueno yo al final lo que me importa son los resultados, lo que querría es tratarme con este profesional que tiene unos resultados espectaculares, y luego hay una cuestión cuando te vas al individualismo; ese profesional sobre una sociedad amplia ¿qué es lo que necesita? Pues igual no requiere ser el mago de la cirugía plástica, no requiere ser un gran técnico, necesitas otras cosas. Hay una cita que me encanta decirla sobre la humildad: “Humildad no es pensar menos en uno mismo, es pensar en uno mismo menos”. Es como intentar sacarte a tí del centro. Yo veo en muchos profesionales que son técnicamente brillantes que ellos están en el centro de su actividad, no toleran el fracaso porque ellos no toleran el fracaso, no porque el paciente requiere el éxito. Hay otros profesionales que sacan a esa persona de sí mismo, de su centro y empiezan a pensar más en los pacientes y pueden no tolerar el fracaso pero porque tienen al paciente ahí enfrente. Yo tengo que dar lo mejor de mí mismo porque tengo allí a una persona, y luchas, luchas luchas por dar todo lo que se pueda a ese paciente. Parece que el resultado va a ser el mismo, que vas a llegar a lo mismo, la gente se va a beneficiar de ambas formas de pensar, sin embargo, parece más sana la que no tiene al profesional en el centro de su actividad. 

Yo creo que la humildad es algo que es positivo en la relación del médico con los pacientes y eso es una cosa que permite al profesional estar más tranquilo con su actividad.

Y luego hay otra cosa que es, que también creo que es un elemento clave que es el ser más o menos autocomplaciente, tú puedes quedarte muy tranquilo con tus resultados, irte a dormir muy satisfecho pero siempre puedes intentar dar un pasito más y tener esa capacidad de formación continuada. Lo ves, ves como hay gente que está genial y llevan treinta y cinco años haciendo lo mismo, tendrás buenos resultados y tus pacientes estarán correctamente atendidos. Y ves otros profesionales, que van cada día mejorando, cada día describiendo técnicas, cada día fortaleciéndote. Esos son muy poquitos, muy poquitos. De cada cien profesionales, ¿cuántos hay de esos? Aunque muchos creemos que estamos ahí metidos. Qué va, qué va. Aquí estamos todos muy similares pero la gente que da esos pasos técnicos que no son autocomplacientes, que intentan mejorar, que describen, que son “maestros” de esto son muy poquitos. Superarse de verdad, superarse y aceptar un poquito el riesgo.

(JMF) Bueno Dr. Casado, ha sido un placer, muchísimas gracias.

(CL) Enhorabuena por su trabajo y por su excelente trayectoria y le seguiremos la pista.

(JMF) Podríamos seguir hablando toda la mañana. Es un placer hablar con usted.

Entrevistado: Dr. César Casado,  Especialista de Cirugía Plástica del Hospital La Paz de Madrid

CL: Charo Lachica, socia de Mundo Motiva y miembro del equipo de redacción

JMF: José María Fernández, socio presidente de Mundo Motiva