José María Fernández
Quiero recordar tres mensajes expuestos en los artículos anteriores:
En la primera publicación Pedro María nos ilustró el tema con una historia sobre el pescador y el profesor de Harvard en donde se plantea la disyuntiva entre la ambición y la conciliación familiar y social.
Es de resaltar la definición que nos deja Pedro María sobre los valores éticos como las fuentes, principios y cualidades que caracterizan a una persona y la sociedad en la que está inmersa, en la expresión de sus actos fundamentalmente positivos para el grupo social a que pertenece.
En su segunda composición nos invita a que practiquemos la «elegancia social» de los valores para crear y recrear un mundo mejor.
En este artículo de cierre nos presenta las conclusiones que nos harán madurar en este extenso escenario de los valores éticos.
Escuchemos y leamos a Pedro María.
Pedro María Rivera
Finalizo esta aportación añadiendo un artículo que escribí titulado “Anécdota de María: el descenso de categorías”. Se trata de una persona real que es reflejo de aplicación para sí, de valores de crecimiento y un ejemplo para los demás. Para evitar su identificación he modificado el nombre y la carrera profesional de la misma.
«María es actualmente catedrática de sociología en una importante universidad española. Este era su gran sueño, que consiguió gracias a tomar una decisión que muchos no comprendieron en su momento. Finalizó los tres últimos años de su carrera cuando ya se encontraba trabajando en una multinacional; compaginaba, como tantos otros, trabajo y estudio. El puesto que desempeñaba no tenía apenas conexión con sus conocimientos y menos con sus expectativas académicas, pero necesitaba llevar un sueldo a casa y pagarse los estudios. Percibía importantes incentivos económicos y dietas por una labor que implicaba numerosos viajes.
De repente surgió una ocasión para ella: se había creado un puesto en otra área profesional de la empresa, con una categoría inferior a la suya, pero acorde con su proyecto de carrera. Esta era la parte más atractiva, ya que lo menos importante era la categoría profesional y el salario, y aunque suponía un descenso de tres niveles profesionales y su consiguiente reducción económica, ella lo vivía como una gran oportunidad: si se ajustaba a los mínimos para cubrir sus necesidades podía sentirse más realizada al desarrollar una actividad acorde con su perfil, ser aún más útil para su empresa, centrarse en la finalización de su proyecto de carrera y, tal vez, lograría ser catedrática más tarde una vez fuera de esa empresa.
La vacante, al no ser cubierta por personas de dicha área en la primera convocatoria interna, saltaba a todas las áreas de la organización antes de hacerse un ingreso del exterior, así que ella se presentó al puesto.
Se originaba un problema organizativo e incluso legal pues ¿Cómo se iba a autorizar a alguien a presentarse a un descenso de tres categorías? Ni siquiera lo tenían previsto los sistemas, ni la documentación protocolaria “se presenta al descenso de…”, parece de risa pero fue real. Se tuvo que reunir hasta la dirección de relaciones laborales con el comité de la empresa y no hubo más remedio que aceptar el documento de su solicitud de acceder a la plaza en cuestión.
Como ya se pueden imaginar logró su concurso en los exámenes correspondientes. Poco tiempo después recuperaba su listón económico y profesional por sus propios méritos. Su notoriedad interna era más que evidente. Después de una excedencia para preparar su doctorado reingresó en su empresa y más tarde se despidió de la misma para incorporarse al mundo universitario en donde ejerce con gran prestigio».
Hasta aquí esta anécdota. Tenemos el reto permanente de aportar valores de Solidaridad, de Desarrollo personal, de interés y preocupación Social en nuestras actividades hacia los demás, trabajando en equipo, aportando ideas y conocimientos en cualquiera de los entornos en los que nos movamos -el familiar, el educativo, el empresarial, el religioso, el deportivo…-. Ánimo, que el mundo más cercano y lejano nos necesita.
Terminaba esta notas y reflexiones en días solemnes de las letras y de la lectura: la Fiesta de San Jorge -Día del Libro-, en San Sebastián de los Reyes, el 24 de abril de 2022. Gracias por su paciencia y atención.
Autor: Pedro María Rivera, simpatizante de Mundo Motiva y genio compositor e intérprete de guitarra española