Joaquín y Mercedes en Santa Marta del Cerro

El Nordeste de Segovia. Enero 2023
Bar SANTA MARTA DEL CERRO
A escasos quince minutos de Prádena, en Santa Marta del Cerro, puede uno disfrutar de una experiencia maravillosa para nuestros paladares. Han sido Joaquín y María, pareja maravillosa desde hace más de catorce años, quienes se han encargado de revitalizar el bar de Santa Marta del Cerro. Aunque ambos vienen de Madrid y con larga trayectoria en la hostelería, sus caminos han sido bastante diversos, cosa que puede apreciarse fácilmente en su establecimiento. Joaquín viene del mundo del marketing, del gremio audiovisual, con sus no pocos pinitos en los medios, mientras que María goza de una carrera culinaria apreciable en su canal de YouTube de cocina (En el corazón de tu cocina) e incluso ha publicado libros de recetas. Formando tan peculiar tándem, han regentado diversos negocios hosteleros en Madrid, cesando su actividad por las dificultades de la pandemia. Con la asesoría de la asociación MundoMotiva, lograron encontrar este encantador hueco del nordeste segoviano donde se están consolidando día a día, con la inestimable ayuda y cariño de sus vecinos, que como afirma Joaquín, «están volcados con la revitalización del bar, y yo que lo noto, intentan que María y yo los hagamos sentir como en su casa cada vez que pisen el establecimiento».

Como las buenas parejas, se complementan a la perfección a la hora de consolidar el negocio. Maria aporta a los fogones una mezcla de cocina española, conjugada con la gastronomía dominicana de donde provienen sus raíces. Pero sus dotes y arrojo no la cierran en su zona de confort; ella nos cuenta que «a veces los vecinos vienen con productos que nunca he cocinado, pero no seré yo quién les diga que no. De hecho, suelen volver a traérmelos». De esa guisa, nunca mejor dicho, se las gasta María, quien nos recomienda su pica-pollo dominicano o las orejas de cerdo.

Nos cuenta María que están intentando implantar un menú cada día en la cocina sea una nueva aventura. Y de ello se encarga Joaquín, que atiende en barra y hace las labores de relaciones públicas, animador e incluso como nos cuentan los vecinos, hasta de disc-jockey. Por su desparpajo y cómo se involucra en el pueblo, el papel de Joaquín es valorado por sus vecinos, quienes ya entienden el bar de Santa Marta como el punto de encuentro. Nos cuenta Joaquín que no quiere que solo sea un restaurante al uso, «entiendo que tienes que aportar algo a los vecinos, para que los vecinos te aporten a ti, e igual que apostamos por la terraza y funcionó sobremanera durante el verano, quiero que el establecimiento sea un vértice cultural, quiero traer espectáculos y conciertos».

Entre las fachadas tradicionales segovianas del pueblo, ornamentadas de tejas vueltas, uno esperaba encontrar algo similar en el interior del recinto. Sin embargo, la decoración, por innovadora y acogedora, nos transporta a una atmósfera totalmente exógena, otra dimensión. Una mezcla de elementos, que nos cuenta Joaquín, «hubiera sido imposible tener esto de tal forma sin la ayuda de los vecinos: uno me ha traido una cosa, el otro me ha echado un cable con lo otro…» esa imbricación entre clientela y comercio funciona a la perfección, y la pareja la alimenta, pues nos cuenta que no solo se consensua la comida sino hasta la música ambiente. Esta conexión estrecha entre chantela y establecimiento se ha forjado inexorablemente ante las dificultades de logistica de la zona, que han tenido que ser sorteadas con imaginación e ingenio, con las comunitarios y buena vecindad, además de la voluntad necesaria para aprender «un poquito de fontanería, otro poco de electricidad e incluso albañilería» que han transformado a Joaquín en un verdadero MacGyver rural. Finalmente recomendamos de forma encarecida la visita los domingos, cuando Maria le da rienda suelta a su cocina y sabe preparar unas paellas que son la perdición de su clientela.

Mundo Motiva a través de su proyecto Campo Motiva ayudó a Joaquín y a María y a su hija Genesys a reorientar sus vidas y moverse a Santa Marta del Cerro y desde mayo de 2022 siguen felizmente allí.